INTRODUCCIÓN: Cada lectura que acabamos de escuchar me ha dado unos puntos de reflexión.
MIQUEAS (5,1-4a): Hombre rudo y lúcido sin ilusiones acerca de los gobernantes de su pueblo que hacen componendas con el imperio asirio para mantenerse en el poder. El Señor les abandona pero se mantiene fiel a su pueblo y anuncia, de modo claro, el nacimiento de entre ellos del salvador, que los reunirá y será la PAZ de los hombres.
Esto nos revela que Dios a pesar de nuestros pecados, lleva a cumplimiento su promesa en la Historia. Dios encuentra en nosotros toda clase de obstáculos: inconsciencia, cálculos, miedos, falta de compromiso, individualismo, apatía, carrera por los honores… pero ante ellos hoy se nos invita a la esperanza, al compromiso con nuestras elecciones, al deseo de levantarse sabiendo que cuando decimos “no puedo” en realidad se trata de “no quiero”. Y aún así Dios espera lo que sea necesario para hacernos comprender lo que es su GRATUIDAD: que su misericordia es independiente de nuestra conducta. Ese es el contenido auténtico de nuestra fe. El saber que Jesús es nuestra salvación, que Él ha venido a mostrarnos nuestra verdadera naturaleza, que “nosotros somos hijos de Dios y aún no se nos ha mostrado lo que seremos cuando le veamos cara a cara”. Todo lo demás se trata de creencias que pueden servir – o no – a nuestra maduración.
Lo importante no es afirmar que uno cree en Dios, sino saber en qué cree Dios. Nada es más decisivo que la idea que uno se hace de Dios. Si creo en un Dios autoritario y justiciero, terminaré tratando de dominar y juzgar a todos, entre otras cosas porque soy incapaz de perdonarme a mí mismo de mis debilidades. Creer en un Dios perdón y amor, nos llevará a vivir amando y perdonando. Esa será la dicha de María en boca de Isabel porque lo que ha dicho el Señor se cumplirá.
HEBREOS (10,5-10): Toda la vida de Jesús queda resumida en esta frase que hemos escuchado en la segunda lectura: “Heme aquí Dios mío, he venido para hacer tu voluntad”. Esa voluntad será que Dios no quiere sacrificios ni holocaustos, sino que le ha dado un cuerpo para que a través de el haga su voluntad: cuerpo que nace, crece, trabaja, goza, sufre y muere. Este es el resumen de la Encarnación y el resumen de nuestra vida como cristianos. De nuestra espiritualidad y nuestra religiosidad. En definitiva de nuestra fe: Ser hombre, ser hijo de Dios y ser obediente, a ejemplo de Jesús que lo hizo en perfección y en nuestro nombre. Se trata de comprender que ninguna de nuestras actividades humanas, físicas o mentales, es ajena a este llamado de Dios a hacer su voluntad.
LUCAS (1,39-45): El encuentro de estas dos humildes mujeres, en Ain Karin, oculto a los ojos de los hombres, es sin embargo el preludio del Evangelio. “María se puso en camino”. Isabel es la primera que recibe desbordada de gozo la Buena Nueva, todavía en el seno de María. Y es la fe de la Virgen la que ha propiciado esta maravilla: Dios viene en persona al encuentro con los hombres Un encuentro fruto de la caridad. María no va a revelar la gestación del hijo de Dios en su seno sino a ayudar a Isabel en su gestación, difícil por su edad. Una manera de amar que bien podría “acompañar a vivir” a quien se encuentra en la soledad, la depresión, la enfermedad, o sencillamente quien está carente de alegría y esperanza en su vida.
Hoy prima lo que se ha llamado “segregarismo social”, que funciona perfectamente y sobre todo que nos excusa de hacer nosotros obras de misericordia. Me refiero a las guarderías, los orfelinatos, las clínicas, las residencias de ancianos, las cárceles, los centros de recuperación,… y así la sociedad se siente satisfecha. Pero Dios ha venido a COMPARTIR nuestra vida y a acompañarnos en nuestra indigencia, a darse del todo en su misericordia y su obediencia. No se trata de hacer cosas grandes sino de vivir con amor con los que nos rodean. Esa es además la fuente de la alegría. “Alégrate, el Señor está contigo”.
Lucas compone maravillosamente este relato para crear una atmósfera de alegría, y alabanza que ha de acompañar el nacimiento de Jesús. María saluda a Isabel. ¡Con qué amor y cercanía lo haría que hace saltar de gozo a la criatura que Isabel llevaba en su vientre! Su saludo llena la casa de alegría y paz. Y eso por que María es portador de salvación al llevar a Jesús en su seno.
Estas dos mujeres nos invitan hoy a vivir y a celebrar desde la fe el misterio de la Natividad del Señor. Con verdadero gozo y paz. Si de verdad me siento visitado por Dios así visitaré yo a los demás y les comunicaré la alegría y la paz.
CONCLUSIÓN: Termino con unas duras palabras de José Antonio Pagola, que explican la falta creciente de contenido y verdad y gozo en la vivencia de estos acontecimientos entrañables. ¿Porqué sorprenderse del hecho de unas Navidades laicas si estas no son vividas por los cristianos desde la fe?
Es mentira creer en un Dios que se ha hecho solidario de la humanidad y, al mismo tiempo, organizarse la Navidad y la vida entera de manera individualista y egoísta, ajenos totalmente a los problemas de los demás. Es mentira creer que Dios se ha hecho hombre buscando la liberación plena de la humanidad, y no esforzarse por ser más humano cada día y trabajar por un mundo más justo y más liberado. Es mentira creer que Dios ha querido compartir nuestra vida para restaurar todo lo humano, y, al mismo tiempo, colaborar en la deshumanización de nuestra sociedad, atentando de alguna manera contra la dignidad de la persona y los derechos de cada hombre. Es mentira creer en un Dios que se ha entregado hasta la muerte por defender y salvar al hombre y, al mismo tiempo, pasarse la vida sin hacer nada por nadie. Es mentira enviar felicitaciones a los familiares y amigos, y desear un feliz año nuevo, y, al mismo tiempo, no hacer nada por lograr un mundo más feliz para todos. Es mentira cantar y celebrar la paz en estas fiestas navideñas, y no hacer nada porque desaparezcan las causas de los conflictos y quede desterrada la violencia de nuestra sociedad. Es mentira hacer regalos a nuestros hijos, familiares y amigos, y no saber regalarles nuestra cercanía, nuestra comprensión, nuestra ayuda gratuita. Es mentira aprovechar la Navidad como una ocasión para realizar gestos tranquilizantes de «caridad», y vivir luego sosteniendo una sociedad clasista cuyas diferencias e injusticias se hacen más palpables durante estas fechas.
Creo en unos sentimientos en los q caben todas esas cosas q dice Pagola. Pero también creo en que todo ello está muy cercano a nosotros. Al lado. Cerca de casa y no es necesario irnos lejos.
Como amaremos a los q vienen de fuera si a los de al lado les ignoramos?
Siempre me gustó más el método analítico y menos el globalizado.
No obstante creo en el AMOR como abanico y como único mandamiento. Y principalmente en un ser lleno de debilidades, pero con una gran capacidad para AMAR. La Navidad debería ser SENCILLA, CELEBRANDO EL NACIMIENTO y RENACER de Dios con nosotros.
Es una humilde felicitación de Navidad.