«La pintura de Mirones es una suspensión de la respiración del viajante peregrino o huésped, del propio espacio-tiempo, para que entremos en otra dimensión de la vida. Ella convoca poéticamente la vida del pasajero que por allí pasa para una danza de lo imprevisto. El arte de este monje-pintor es una brecha abierta en lo cotidiano» – afirma João Paulo Costa, presbítero de la Arquidiócesis de Braga (Portugal) y profesor de la Facultad de Teología en la misma ciudad, en un texto sobre la obra de Enrique Mirones, monje de Sobrado, que acaba de publicar en la página web del “Secretariado Nacional da Pastoral da Cultura” – organismo de la Iglesia Católica en Portugal.
En su bellísimo texto, el autor entrecruza una aguda sensibilidad a la expresión artística con la inquietud antropológica contemporánea y los retos con que ésta interpela la experiencia espiritual. Dicho de otra forma, esta reflexión nos presenta el arte contemporáneo como una privilegiada forma de hospitalidad. Aunque el texto esté escrito en nuestro “idioma hermano”, merece la pena el esfuerzo para leerlo. Saldremos recompensados. A João Paulo Costa, nuestra gratitud.
https://www.monasteriodesobrado.org/wp-content/uploads/2018/07/demo-img.jpg
Enhorabuena Quique . Enhorabuena a toda la Comunidad. Un saludo agradecido.
Enhorabuena Quique!. Merecidísimo artículo
.y también para toda la comunidad de Sobrado.
Tenéis un monje que es un artista genial. Que suerte y que bendición!
Tenemos la suerte de poder admirar y contemplar esa obra todos los años.
Felicidades otra vez.
Olhar as obras de Enrique Mirones – o nosso irmão Quique – não se traduz pelo simplesmente olhar, porque são as telas, o que nelas foi «impregnado» que nos desafia e transforma o olhar… Nelas rompe-se-nos o olhar para a realidade, ali «escrita». Quique é o pintor-monge que nos encaminha interrogantes, como aquele quadro (o que nos traz à memória o golpe de Estado de Pinochet, no Chile, colocado na sala dos encontros) onde somos confrontados com sobre as nossas ditaduras, as nossas violentas ofensa à dignidade humana, nossa e dos outros. É com alegria fraterna que vemos a obra de Quique ser referida e estimada em Portugal.