Celebramos hoy la fiesta de lo pequeño, de lo humilde, de lo que no cuenta. La fiesta de los que pasan desapercibidos, de los que no tienen ningún protagonismo sobre el curso de los acontecimientos, ni constan en los anales de la historia. Fiesta de reconocimiento de todos aquellos que sostienen el mundo desde el silencio, y abren nuevos horizontes desde el anonimato. Hoy es fiesta para todos nosotros; hoy es nuestra fiesta. Es la fiesta del corazón y de las entrañas, de todo aquello que nos proporciona calor y acogida. Fiesta hogareña por su intimidad familiar, y universal por su comprensión unánime.
En este día se esclarecen atributos de esta humanidad nueva de la que participamos y que pertenece ya al ámbito de lo divino. Por ejemplo, la virginidad en María no es una técnica de sometimiento de los impulsos del cuerpo para poder ascender a la divinidad. Ni se percibe en ella, ningún heroísmo exigido por la virginidad. No es una virtud moral: María vive en la pura fe en Dios, despojada de toda autoafirmación, entregada y abandonada a los designios del Misterio. Su virginidad tampoco tiene ningún carácter cultual como en las vírgenes vestales. No se trata de ningún ‘comercio’ para conquistar la benevolencia de Dios. La virginidad está emparentada con el abajamiento: es despojo de toda ambición, es pequeñez, es deficiencia delante de los hombres. No supone ningún valor ante la sociedad ni ante la religión. María hizo de esta situación de ‘bajeza’, camino de humildad, de sereno abandono y de confianza ilimitada en Dios. No pretende nada. Lo único que hace es situarse en total disponibilidad, y esto fue lo que le permitió a Dios nacer en María.
El contenido de los dogmas marianos es mucho más antiguo que el cristianismo. Lo que declaran está oculto en el alma humana, y los dogmas únicamente lo formulan. Son imágenes originarias de la humanidad que son sacadas a la luz; imágenes de salvación y no declaraciones sobre hechos históricos. Nuestras verdades propias quedan expresadas en estas imágenes originarias, que contienen verdades contempladas y transmiten una verdad profunda que se halla bajo la superficie de las palabras o imágenes. Lo contemplado sin representaciones, se nos traduce, en el dogma, gráficamente.
En este día se torna claro para nosotros, que la presencia de Dios en la vida humana tiene unas dimensiones femeninas. Lo femenino se hace apto para ser lugar de pleno y completo encuentro con Dios. Todo lo que es intuitivo, penetrante y delicado, todo lo que es íntimo, recóndito y acogedor, todo lo que es expresión concreta de cercanía, ternura, comunión y participación, forma parte, de la manifestación cotidiana de la vida de Dios entre nosotros.
María elevada al cielo -introducida en el cielo de nuestro corazón- es más íntima a nosotros que nosotros mismos. Desde ella, podemos vivir respirando un aire nuevo y fresco que oxigena todas esas zonas tenebrosas y lúgubres del corazón humano, llevando paz, confianza y alegría. Si vivimos desde ‘la llena de Gracia’, nuestra vida se asemejará, como dice Rumi, a una casa de huéspedes. Cada mañana un nuevo recién llegado. Una alegría, una tristeza, una maldad, que viene como un visitante inesperado. ¡Dales la bienvenida y recibe a todos! Aun si son un coro de penurias que vacían tu casa violentamente. Trata a cada huésped honorablemente, él puede estar creándote el espacio para una nueva delicia. El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia, recíbelos en la puerta sonriendo e invítalos a entrar. Agradece a quien quiera que venga, porque cada uno ha sido enviado como un guía del más allá. Entonces todo es Gracia.
Hoy la humanidad se viste de gala: la que es gloria de Jerusalén, honra el cielo con su presencia; la que es alegría de Israel, ennoblece la tierra de humanidad; la que es orgullo de nuestra raza, adorna el universo con su belleza. La Virgen María ha sido hoy elevada al cielo y ubicada en el epicentro mismo del corazón humano y del universo. Por eso, esta fiesta es un canto a la vida. Un canto poético a la vida. Es una ojeada lírica a nuestro mundo. Es la fiesta por la promesa cumplida, la fiesta como exaltación de nuestra dicha por ser humanos, demasiado humanos, porque nada hay más bello ni más divino, que la humanidad de lo humano, de cada ser humano.
Gracias por esta hermosa reflexión en este día de la fiesta de la Asunción de María al Cielo.
Gracias
Feliz día de la Asunción de la Virgen para todos !!!!
… no entiendo la Fé sin María… 💞
Dá mucha alegría escuchar a esas almas impregnadas de María…Gracias!!!
«La humanidad de lo humano, de cada ser humano.» Qué difícil aceptación!!!! Que esta reflexión sobre la VIRGEN nos ayude a no cejar nunca en intentarlo una y otra vez. GRACIAS….
Gracias
La Metstasis al Cielo (El Transito) de La Panagia Maria es tres dias depues de su Dormicion.
La leyenda es que San Tomas como no estuven presente al tiempo del fallecimiento de la Madre de Dios, la Misma Virgen Theotocos solo expirar con la llegada del Apostol. El Culto de La Cintura de la Santissima siguen esta tradicion.