Pureza del corazón

Desierto | Obra de Enrique Mirones | 2001

Lo que sale del corazón
Hace impuro al hombre
– no lo que entra –

1
¨Quién puede subir al monte del Señor…¨

No es asunto de privilegios sino de conducta: Es cuestión de llevar el traje de fiesta ¨indicado¨ para estar en la presencia del Señor, en su Casa.

Manos y corazón -obras e intenciones- guardan una relación significativa: No es tanto lo que hacemos (que vale muchísimo) cuanto el amor y la intención que ponemos en nuestras acciones, que les dan vida. Va en ello como un ¨pedazo¨ de nuestro ser, de nuestra alma, de nuestra interioridad:
Inocencia en las manos, pureza en el corazón.

Amor concreto en obras expresivas:

no calumniar con la lengua, no hacer daño al prójimo, tener puesta la confianza en el Señor, buscarlo, acudir a él y vivir en su presencia.

Quien así viva será agraciado y bendecido.

2
De fuera adentro, de dentro afuera…

Es fácil querer controlar la pureza. Y para ello llamar puro o impuro a los alimentos que van a entrar en nuestro interior o a las manos que los van a manipular, cuando, en realidad, a lo que hay que estar vigilantes es a lo que sale del interior: Vigilantes a nosotros mismos.

2.1
Atentos a nuestra sensibilidad:
Nada hay en nuestra mente sin que pase por los sentidos
Cómo percibimos lo que sentimos: atención a nuestras sensaciones para purificar nuestras percepciones dándoles el nombre justo.

2.2
Atentos, pues, a nuestra mirada.
Se nos pueden ir los ojos detrás de algo o de alguien según nuestros intereses, que no hacen tan des-interesados nuestro amor y nuestros deseos.


3
Se comprende, pues, la advertencia del Señor:

¨Escuchad y entended todos¨, dando así prioridad a la interioridad de donde provienen tantas maldades que hacen impuro al hombre. Esas merecen de veras nuestra atención y vigilancia para que sea lúcida y purificadora.

Jesús arremete sin desconocer el valor relativo que pueden tener las tradiciones de los mayores.

Lo importante es que el culto no esté vacío: Es decir, que, al honrar a Dios con los labios, el corazón esté puesto en Él.

***

QUE EL SEÑOR ESTÉ EN NUESTROS LABIOS Y EN NUESTRO CORAZÓN
PARA QUE
HABLEMOS DE ÉL
CON VERDAD Y CON UNCIÓN
CON PUREZA DE CORAZÓN

2 comentarios en “Pureza del corazón

  1. Luis Martinez Sanchez dijo:

    La mirada del corazón es la que hay que cuidar. Todo es gracia…todo es dejarse llevar por la Voluntad De Dios, no por seguir los “ preceptos humanos “…las normas que anquilosan nuestros seres. Cierto es que el Camino de la Vida es angosto, es muchas veces dificil… Continuar ofreciéndonos a tener buenas intenciones no es acometida activa nuestra. Tener la vista puesta en el Señor nos indican los pasos necesarios para ser solícitos a un Corazón puro, donde el Espíritu anida y nos anima a una conversión de costumbres. Lo cierto es que de nuestro interior salen las proyecciones cómo abordamos nuestro exterior. Interioridad que marca nuestra exterioridad… Amor que lleva a practicar las obras en las que desenvolvemos nuestros quehaceres, plenos, adecuados a la sencillez y a lo honradez de actuaciones… El Señor siempre está con nosotros… Jesús, en nuestro interior, nos indica por dónde seguir, dónde colocar su Luz que ilumine a los demás olvidándonos de nosotros mismos sin egoísmos…sin centrarnos en nuestros intereses. María lo conoce. Llevamos en nuestro interior el Corazón De Dios y, también, dentro de él el Corazón de María, de todos Los Santos y de todos los Ángeles… Quizá, atreviéndonos un poco, coloquemos toda nuestra confianza en que Dios jamás nos abandona a nuestra merced. Siempre pendiente de nuestras vidas. Siempre Alguien a quien acudir.

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