Llegar a un Monasterio es encontrar la paz: el claustro se presenta como lugar adecuado para, en el silencio y la oración, encontrar a Dios. Quedarse en el Monasterio es empezar la guerra, reabrir y profundizar la búsqueda.
Así ha sido para mí durante el año que llevo compartiendo la vida de la Comunidad Cisterciense de Santa María de Sobrado. Un año, en cierto modo, si no de guerra -no están los tiempos para usar la guerra ni como metáfora- sí de inquietud, de intranquilidad, de trabajo interior. He empezado una tarea de deconstrucción de mí mismo, de todo lo que fui o creí ser. He empezado a quitarme capas, como se hace con una cebolla, y a quitarme caretas, a dejar de ser mi propio personaje. He reabierto mis heridas para dejar que se curen. Se trata de ir buscando mi yo auténtico y de buscar a Dios, que no son tareas diferentes sino complementarias, pues -como dijo Agustín- Dios es interior intimo meo. Por tanto, mi llegada al Monasterio -en contra de lo que pueda parecer- no fue meta o culminación de nada, sino inicio de un camino.
Durante este año de postulantado he procurado avanzar en ese camino con la pedagogía del learning by doing (aprender haciendo) o, por mejor decir, aprender viviendo. No hay otro modo de progresar en la vida monástica (o en la vida de oración, o en tantos otros aspectos) que viviéndolos, poniéndolos en práctica. Y eso requiere tiempo. Uno llega queriendo quemar etapas (así llegué, lo confieso) y acaba convencido de que no hay mejor maestra que la vida que lo va cocinando todo con tiempo, como cocinaban antaño nuestras madres y nuestras abuelas. El monasterio, con su vida ordenada en torno al Oficio Divino y al trabajo, es maestro en esta sabiduría de dejar que todo vaya madurando con el tiempo.
Vivir en el Monasterio no me hace tener la sensación de haber encontrado, sino disponer de tiempo abundante para seguir buscando. Mi amistad con el Señor puede ir creciendo, porque su cuidado es la más importante labor de jardinería que se me ha encomendado y se me ofrece tiempo para ella, pues la voy llevando a cabo en la capilla y en el huerto, en el trabajo y en el paseo, cuando limpio y cuando leo. Es el hilo conductor de todas las actividades que realizo a lo largo del día, porque es su alma, aquello que las anima. Sin esto, probablemente esta vida no tendría sentido y ya me habría ido.
No sabría decir en pocas líneas cuáles fueron exactamente las motivaciones que me trajeron hasta aquí. Fue un cúmulo de sensaciones, de reflexiones, de vivencias; fue la propia historia personal, saberme vulnerable y herido (¿quién no lo es? Pero, a veces, tardamos en descubrirlo). Venir al Monasterio es buscar a Dios y creer verdaderamente el Evangelio cuando afirma que todo el que busca encuentra (Mt. 7,8). Pero, como si se tratara de una yincana o de un juego de pistas, cada hallazgo se convierte en acicate para seguir buscando.
Ayer comencé mi noviciado; la meta es la profesión temporal dentro de dos años y, un día, la profesión solemne. Pero no son más que metas volantes. Este camino, aunque se vive en el tiempo, es eterno e infinito. La búsqueda tan sólo ha comenzado.
Enhorabuena Luisma por el inicio de una nueva etapa, que promete ser fructífera a tenor de tu análisis y en presencia del Señor. Que Él te de la paz y la templanza para no decaer. Ánimo y perseverancia . Un fraternal abrazo.
Gracias por compartir esta trascendental vivencia
Gracias
Enhorabuena Ari, has descubierto lo más importante que la vida es, día a día, seguir buscando. Tú estás en la búsqueda desde hace mucho tiempo y jamás has decaído, estoy orgullosa de ti.
Me siento muy emocionada y feliz de ver tu paz interior, feliz de ser tu hermana.
Se feliz, te lo mereces.
Te quiero mucho
Piluca😘
Parabéns!
Coragem e ânimo para esta nova etapa.
Bem haja.
Enhorabuena, sois muy necesarios en estos tiempos que estamos viviendo,
un saludo
Lucia
Me alegra, tu camino, y si , Javier hablaba del tiempo en el monasterio tenía otra medida muy distinta a la de los de fuera de el.
Gracias !
¡Enhorabuena, Luis M.ª! Muchas gracias por tu entrega en la confianza de este revelador camino.
Abrazo animoso.
Adelante, en ese camino no vas solo, El esta a tu lado y te guía, confía, espera, y déjate llevar. Me alegro que estes ahí. gracias
¡Muchísimas felicidades Luis María! Tu SÍ al Señor es una fuente de esperanza y alegría para todos nosotros. Gracias.
Muchísimas felicidades hermanito Luís María, me enteré de casualidad porque contacte con Pilar Blanco para su santo y cumpleaños. Me lo comentó. Te deseo lo mejor. Cuídate mucho. María y Jesús te acompañaran en tu camino…
Te bendigo en el nombre del PADRE ,
del HIJO y
del AMOR
y RUEGO nos bendigas a TODOS los miembros de vuestra FRATERNIDAD LAICA Cirterciense de STA María de Sobrado. Peregrino, buen Camino
Gracias por tu testimonio.
Sólo se se me ocurre valentía del encuentro con el interior
Gracias Luis M. Tambien en esta nueva etapa de Novicio te deseo que sea «aprender viviendo» y seguimos (los que estais en el monasterio y las personas que estamos fuera,) en el mismo camino de BUSCAR y BUSCAR sabiendo que la Vida es el lugar del encuentro .