La Natividad

Natividad con el anuncio a los pastores | Giovanni di Paolo | alrededor de 1440

Si la Noche Buena revelaba el nacimiento del Salvador, hoy podemos y debemos profundizar en esa gran noticia: El Hijo de Dios ha hecho de nosotros sus hermanos y llama incansablemente a todos los hombres.

Isaías nos habla del día de gloria para todo un pueblo que volvía del exilio con el Señor a la cabeza. Cuanta más gloria cuando se pondrá a la cabeza de todas las naciones para liberarlas. Después de 40 años de exilio el pueblo judío deportado en Babilonia se creía abandonado por Dios. ¡Qué gozo sentiría ese pueblo cuando conocido que su repatriación estaba cerca! Que pequeñas cosas revisten desde entonces toda su importancia: Los pasos del mensajero de la Buena Nueva, los gritos de las caravanas volviendo, la fiesta volviendo a dar vida a las viejas ruinas de Jerusalén. El que conoció eso podrá decir: “He visto al Señor” Estaba allí en esa fiesta, en el corazón de esta alegría. Estaba ahí el que consolaba y salvaba a su pueblo. Estaba ahí para revelar a los hombres su amor, un amor totalmente nuevo y absolutamente tierno y consolador.

Uno se tiene que preguntar qué importancia damos a los pequeños gestos que revelan en estos días la presencia de Dios: Los regalos de la amistad, la fiesta de familia, el gozo que se quiere compartir, los buenos deseos que se comparten. ¿Sabemos reconocer quien es el autor de ese gozo compartido? Dios está ahí, en Jesucristo que consuela y que salva, lo hemos visto en el gozo profundo de hoy.

La Natividad (el término navidad ha perdido su realidad) es el cumplimiento de una larga relación entre el Hijo de dios y los hombres: Lenguaje de la creación, palabras de todos los profetas, hasta Juan Bautista revelando la ternura de Dios para con su pueblo, luz esclareciendo la conciencia de todos los hombres. ¡Sin embargo pocos hombres reconocieron la palabra del hijo de Dios, en el esplendor del universo o en el mensaje de los profetas, pocos han sabido escuchar su voz en el fondo de sus corazones! Había como una valla de tinieblas entre el Hijo de dios y los hombres: La valla del pecado. Es para destruir esa valla que el Hijo de Dios, llamado aquí por Juan “El Verbo” es decir la Palabra de Dios se ha hecho hombre y nos ha descubierto el amor gratuito y la verdad del Padre. La Natividad. El Hijo no se contenta con frecuentar a los hombres, se ha hecho uno con ellos, con nosotros para que nos convirtiéramos en los hijos de Dios.

Una vez más tenemos que preguntarnos, hermanos, si tenemos la certeza de que Dios habla a todo hombre, y que hacemos nosotros para romper las tinieblas, la incomprensión que separa al hombre de Dios. Dios se ha molestado para hablarnos: Muy a menudo lo que nos dice molesta nuestros hábitos, nuestras ocupaciones nuestras previsiones. ¿Cómo reaccionamos entonces?

El mundo que nos rodea no conoce aún al Hijo de Dios. Es a través nuestro, con nuestra conducta y nuestras palabras que tenemos que darlo a conocer, hacerlo conocido a tantos como viven como animalitos. Y no hace falta ir muy lejos para percibirnos de ello. Están por todos lados, abandonados, despistados ignorando ese amor maravilloso que hoy se nos ha vuelto a revelar en el Niñito de Belén. Compartamos hoy nuestra alegría fijándonos más en el gozo que en la glotonería.

 

2 comentarios en “La Natividad

  1. puri mercedes dijo:

    Esta NATIVIDAD 2024 me estoy desinflando, descendiendo como un globo pinchado. Me estoy adelgazando, vaciando como un trapo, peregrinando y buscando ALGO… una SEÑAL que parta de lo más ALTO del Cielo (Verbo Encarnado Lc 2:10-12) y descienda hasta lo mas frágil de la tierra; mi carne.
    La PALABRA indica: “encuentra la tierna carne de un bebe envuelto en trapos y recostado en una caja de carton.
    Para poder ENCONTRAR este bebe necesito des-inflarme, encogerme, adelgazar, descender, desnudarme, hacerme pequeña, insignificante y libre. Es genial ! entonces no tengo necesidad de brillar, de ser reconocida, escuchada. No necesito ser nadie, SOLO ser yo misma, una mujer-otoño ignorada, marginada, no amada, poca cosa como paja, burlada, no escuchada, loca como Dios que ha enloquecido por mi y se ha hecho mas pequeño, mas poca cosa que yo. Increíble esta BUENA NOTICIA.
    Alguien (“Felices Navidades”. Sobrado 24.12.24), me grita: “mira que tienes a Dios enloquecido de AMOR por ti, que se ha echo más pequeño que tú, que quiere dejarse ENCONTRAR para ser amamantado, vestido y sustentado, sigue siendo el DIOS-TRINO del universo, pero en esta su naturaleza humana quiere ser inerme, para que lo RECIBAS a tú cuidado. Aquí no se trata SOLO de apariencias, de religiones, se trata de EVANGELIO. La pobreza del Niño y de sus padres, su soledad y su marginacion como emigrantes en Belén, su necesidad de alimento y de sustento son tan reales como tus necesidades y tus limitaciones de MUJER OTOÑO.” Ha llegado la NAVIDAD al mundo. Comienza un AÑO NUEVO, un TIEMPO NUEVO,de puertas abiertas, de JUBILEO de la ESPERANZA por la que reímos, bailamos y cantamos los Salmos.
    TODO es GRATUIDAD. Todo es PASCUA. Todo es FRATERNIDAD.

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