Como un niño en brazos de su madre

Mother & child | Cecil Howard | 1918

El profeta Elías, al llegar a las puertas de la ciudad de Sarepta, se encuentra con una viuda que vive una situación de carencia. Esa situación le había quitado la esperanza. Se preparaba para hacer un último pan para sí y para su hijo con un puñado de harina y un poco de aceite, que todavía tenía, y después solo le quedaba esperar la muerte. Cuando Elías le pide, además del agua, un trozo de pan, la pobre mujer le confiesa su situación miserable. Pero él anímale a que no tema y a que le prepare un panecillo.

«Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.» (1 Re 17, 15-16)

Contra toda lógica, la mujer obedece. Su confianza le permite acceder a un lugar que está más allá de la estrecha contabilidad humana, al territorio de Dios, donde, paradójicamente, nuestra escasez es como un espacio sagrado donde se manifiesta la abundancia de su gracia. La confianza es el camino más directo para la comunión con Dios. Cuando osamos confiar, no hay ninguna miseria, sea cual sea, que nos destruya, sino todo lo contrario, la experiencia de la indigencia puede transformarse en un trampolín que nos pone en brazos de Dios como niños pequeños que confían en su papá. Como nos recuerda el salmo: Espera Israel en el Señor como un niño en brazos de su madre.

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Inicio de un camino

Luis Mª | inicio del noviciado

Llegar a un Monasterio es encontrar la paz: el claustro se presenta como lugar adecuado para, en el silencio y la oración, encontrar a Dios. Quedarse en el Monasterio es empezar la guerra, reabrir y profundizar la búsqueda.

Así ha sido para mí durante el año que llevo compartiendo la vida de la Comunidad Cisterciense de Santa María de Sobrado. Un año, en cierto modo, si no de guerra -no están los tiempos para usar la guerra ni como metáfora- sí de inquietud, de intranquilidad, de trabajo interior. He empezado una tarea de deconstrucción de mí mismo, de todo lo que fui o creí ser. He empezado a quitarme capas, como se hace con una cebolla, y a quitarme caretas, a dejar de ser mi propio personaje. He reabierto mis heridas para dejar que se curen. Se trata de ir buscando mi yo auténtico y de buscar a Dios, que no son tareas diferentes sino complementarias, pues -como dijo Agustín- Dios es interior intimo meo. Por tanto, mi llegada al Monasterio -en contra de lo que pueda parecer- no fue meta o culminación de nada, sino inicio de un camino.

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Guardar la Palabra en el corazón

Cientos de ciudadanos con herramientas, alimentos y enseres recorren los barrios del sur de Valencia para tratar de ayudar a los damnificados.

 

Este Domingo oiremos un recuerdo de la Carta de la vida cristiana: El Amor a Dios y al Prójimo. Una comunidad que lleva a cabo esto es ya un comienzo del Reino.

Del texto del Deuteronomio que hemos oído proviene el comienzo de la oración cotidiana rezada aún en nuestros días por los israelitas religiosos. Este acto de fe israelita en el Único Dios, diferente a todas las falsificaciones humanas que nos sirven de ídolos, es el origen de la fe de Jesús y de la nuestra. Pero este Dios se ha hecho cercano a los hombres, para conducirlos a través de la historia hacia la libertad y la felicidad: Temerlo es amarlo con todas nuestras fuerzas, es entregar toda nuestra persona a su servicio y temer solo el faltar a su amor.

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Vivir a santidade de Deus

Bienaventuranzas | Corita Kent

Texto en castellano

Nesta solemnidade de Todos os Santos, celebramos a santidade de Deus, non só nos homes e mulleres do mundo, senón en toda a creación, porque todo o que nace do amor en santo. Ademais  celebramos a felicidade, porque santidade e felicidade van unidas de por vida. ¿Onde está a santidade e a felicidade?, ¿como a sentimos e a vivimos?, ¿cal é o seu lugar privilexiado? A santidade e a felicidade veñen de Deus ao corazón das persoas que viven abertas a gratuidade e a dispoñibilidade, nun servizo a comunidade humana buscando sempre o ben que faga felices aos fillos e fillas de Deus.

A felicidade segundo o sentir do mundo tal e como se entende en cada época da historia ten algunhas variantes, pero non moitas, sómente hai algo que a une: a felicidade e a despreocupación polo futuro e unha cegueira pola pobreza e miseria do seu entorno. Pero esa non é a felicidade como a entendía Xesús de Nazaré, vexamos: Nos tempos en que Xesús proclama as Benaventuranzas o perfil dunha persoa feliz sería un varón adulto, de boa saúde, casado cunha muller honesta e fecunda, con fillos varóns (as fillas eran un problema), unhas terras ricas, observante da relixión e respectado no seu pobo. Hoxe temos o mesmo perfil, só sobran a relixión, os fillos con un  ou dous abonda; a ética e a moral se viven e comprenden daquela maneira ou de ningunha, e a falta de escrúpulos na maneira de enriquecerse. Para moita xente, por desgraza, isto é a felicidade.

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Fillo de David, ten piedade de min!

Alexandre Farto (Vhils)

 

Texto en castellano

Sempre solemos dicir que, tal ou cal relato evanxélico é o mais belido, é o que vai mais as profundidades do ser, é o que nos enche de alegría, etc.

Hoxe se nos proclama un texto de San Marcos que nos pode levar por dous camiños: o primeiro é facer unha lectura literal que fai que, unha vez mais, admiremos a bondade e o poder taumatúrxico de Xesús de Nazaré e non vaiamos alén de texto. A segunda lectura tennos que facer chegar ao corazón do relato para que nos amose toda a riqueza que esconde e que nos leva alén da súa literalidade, alén do relato en si.

Bartimeo, o mesmo que Zaqueo (eran paisanos), son unha parábola da degradación da vida. Hai algo mais en eles que unha cegueira física e que unha pequena estatura. O que lles acontece a estes dous personaxes está no seu home interior, os dous están incapacitados para ver a Xesús, e dicir: están incapacitados para ver o Camiño, a Verdade e a Vida.

E, os dous, pola súa situación persoal, se senten atados e escravizados. Zaqueo o ten todo pero no fondo está baleiro, non ten vida, a súa riqueza esmágao, carece de estatura moral e espiritual. Bartimeo chegou na súa vida a un grao de prostración e desesperación que se deixa vencer, apártase do camiño da vida e deixase caer no chan sen esperanza de recuperar a alegría de se sentir vivo. Bartimeo e Zaqueo viven nunha cova escura, a súa vida é unha noite pecha.

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La redención de nuestro amor herido

Obra de Safet Zec

Todos nosotros estamos buscando vida, alegría, paz, lo mismo es decir, sentido para estos años que vivimos sobre esta tierra. Los años pasan y nosotros tememos que la vida se nos escape, tememos no lograr algo, tememos equivocarnos en nuestras opciones: si hubiera hecho de otra forma, si hubiera elegido otra forma de vida… Fácilmente podemos identificar una vida lograda con prestigio, éxito, poder, reconocimiento y, principalmente, sin cualquier señal de dolor. Todo esto puede desarrollarse dentro de nosotros bajo una capa de espiritualidad, porque el éxito, el prestigio y el reconocimiento también pueden ser alcanzados en un recorrido supuestamente espiritual.

Muchos de nosotros, sino todos, venimos de historias donde no hemos sido respetados, amados, sino, al revés, hemos sido juzgados, castigados, manipulados… Ciertamente todos tenemos experiencia del amor, pero lo más probable es que sea (o haya sido) una experiencia llena de condiciones. «Te amo, si…, si haces, si cumples, si alcanzas…» El amor condicionado es una fuente importante de culpabilidad porque, naturalmente, muchas veces no cumplimos con las expectativas de los demás que, a lo largo de la vida, hemos introyectado. Y lo peor es que nuestra imagen de Dios también está dañada por esto. ¡Cuántas personas no se sienten indignas delante de Dios! Para mucha gente, la experiencia religiosa no tiene nada de liberador, sino que es una forma inconsciente de reforzar el maltrato. Nos maltratamos con mucha facilidad, incluso en nombre de Dios.

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¿Dónde está nuestra confianza?

 

Los textos de hoy nos enseñan una verdadera conducta en la vida: Ver las cosas y los sucesos a la luz de Dios; dejarse guiar por su palabra y estar preparados a dejar todo para seguir a Jesucristo. He ahí la verdadera sabiduría, no la de los hombres sino la de Dios.

El sabio ha preferido el espíritu de la sabiduría a la salud y la belleza. En efecto ¿de qué le sirve al hombre ganar el universo si lleva su vida a la ruina? Pero hay que recalcar que esta sabiduría no es en absoluto rehuir las responsabilidades, del poder o de las riquezas Ellas, bien usadas pueden suponer un servicio a los hombres y al proyecto de Dios.

Esto nos ha de llevar a preguntarnos sinceramente ¿qué es lo que más aprecio en mi vida? Y también ¿Para asumir mis responsabilidades me esfuerzo por comprender lo que mis hermanos y Dios esperan de mí?

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Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que debería ser (Lao-Tse)

Rue Flammand, Paris | Sabine-Weiss | 1952

El miedo y la desconfianza se han instalado en el corazón de millones de personas que piensan en el futuro como un reto insuperable. Andamos obsesionados contratando seguros, porque queremos tener seguridad, sentirnos protegidos, tanto a nivel social como en nuestra esfera más íntima. No podemos olvidar que apelando a la paz y a la seguridad internacional se siguen desarrollando sistemas de armamento absolutamente destructores. También en nombre de la seguridad interior muchas personas caen en terribles dependencias psicológicas o farmacológicas que nunca terminan de resolver nada, pues el miedo sigue anidando en el corazón humano. Son innumerables los que hoy en día padecen terribles crisis de ansiedad y de angustia sin ningún motivo aparente, pues nuestro estilo de vida nos hace esclavos de unas necesidades ‘innecesarias’ que, al faltarnos, provocan en nosotros fobias y miedos desconocidos.

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Non somos exclusivos

Encuentro internacional por la paz | Paris, 22-24 septiembre 2024

 

Texto en castellano 

En mais dunha ocasión Xesús tivo que enfrontarse a curtidade de miras dos seus discípulos.

O relato de Marcos e moi iluminador e, de novo Xesús ten que dar un toque de atención a ese exclusivismo dos que se cren con dereitos que non son transferibles aos que non pertencen ao grupo. É o celo imprudente dos que queren delimitar con excesiva precisión os confíns entre a comunidade cristiá e os de fora, con a disimulada ambición de ser os únicos posuidores  do auténtico poder carismático. E non caemos na conta que, cando o exclusivismo faise  no “nome do Deus alcanza o cumio do seu desatino” quedando claro que nós, sómente nós, somos os portadores dos carismas do Espírito, e Deus queda reducido a nosa ruindade e particularismo de miras. A este respecto, Bernard Häring lle escribiu ao Papa Xoán Paulo II: «Se o ensino do Maxisterio se converte en un berro de guerra dos homes intransixentes, presuntuosos de estaren especialmente preto do Papa, ou se converte en arma que se tira contra quen desiente en aspectos  só secundarios dunha interpretación excesivamente ríxida, (nese caso), non se fai un bo servizo a Igrexa, nin ao oficio de Pedro».

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Iba instruyendo a sus discípulos

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Ha tenido lugar la confesión de Pedro y se van ya de la montaña. Jesús quiere instruir a los suyos durante el tercer viaje a Jerusalén, viaje definitivo, que pondrá en claro qué clase de Mesías es él y en qué acabará.

La lección que está dando Jesús es la de tomar y seguir siempre el ¨camino de Dios¨, la de estar a lo que Dios quiere, serle fiel hasta el final a pesar de los graves avatares de la inminente Pasión y muerte.

Por eso, el tercer viaje a la ¨Jerusalén que mata a los profetas¨ va a significar subir y subir… hasta el monte Calvario, que culminará divinamente en la Gloria de la Resurrección.

Cuando se les aparezca resucitado les recordará a los suyos que ya se lo tenía advertido. Con lo cual, la Resurrección da consistente esperanza al recorrido de nuestro propio camino, por dificultoso que nos pueda resultar.

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